

La promesa de vivir más y con buena salud

Joven y saludable, el cuerpo renueva constantemente sus células y neutraliza el exceso de radicales libres, manteniendo así un equilibrio funcional efectivo.
Con la edad y bajo el efecto de diferentes ataques, el equilibrio biológico se altera, el estrés oxidativo se hace cargo y genera corrosiones que causan el envejecimiento celular.
Los radicales libres o especies oxigenadas reactivas (EOR) son moléculas muy reactivas al oxígeno, tienen funciones biológicas importantes en la comunicación entre las células, pero cuando aumenta su número, atacan a todos los componentes de nuestro cuerpo.


La glicación es un fenómeno natural, un organismo saludable generalmente sabe cómo manejarlo bien, puede dejarse llevar cuando consume demasiada azúcar, productos cocinados a temperaturas muy altas o cuando sufre de estrés.




La inflamación crónica se estabiliza con poco ruido y dura mucho tiempo, es necesario anticiparla lo mejor posible, detectarla antes de que debilite progresivamente nuestros sistemas inmunológicos, antioxidantes y energéticos. Es una preocupación importante para los nutricionistas porque conduce a una desnutrición aguda.
Durante la inflamación, las células inmunes producen mediadores químicos que tienen el papel de atacar y limpiar las áreas afectadas. En el caso de inflamación persistente, el sistema inmunitario continuará produciendo sustancias proinflamatorias, como los radicales libres, que pueden provocar daños permanentes en los tejidos. Este daño se acumula lentamente y conduce a un deterioro severo de todos los tejidos, incluida la dermis, con la aparición de arrugas y envejecimiento de la piel.



Los telómeros constituyen las estructuras que delimitan los extremos de los cromosomas, su función es proteger el cromosoma y la información genética. Con cada división, el ADN pierde nucleótidos terminales que hacen que los telómeros se acorten. Cuando los telómeros tienen una longitud mínima, la célula interpreta esta situación como un deterioro del ADN, su proceso de multiplicación se interrumpe; entra en senescencia y luego es apoptosis (muerte programada).
La reparación y protección de los telómeros puede realizarse mediante células madre somáticas (reemplazo de la célula afectada) o mediante la acción de una enzima reparadora telomerasa que permite la extensión de los telómeros.
Se ha demostrado que el acortamiento de los telómeros disminuye la esperanza de vida, aumenta la tasa de mortalidad por enfermedades cardíacas o infecciosas y cáncer, sin mencionar la inducción de osteoporosis prematura.

